20 de junio de 2018

¿Qué esperar de una sesión de Coaching?

El Coaching es una relación profesional cada vez más expandida en todo el mundo. Una gran característica, por su importancia, es que genera un cambio, un futuro diferente en el coachee(1) o cliente.

Cuando una persona decide dirigirse a un coach debería saber, en primer lugar, si realmente lo necesita. Para ello es interesante plantearse que si necesitamos hablar sobre un problema que nos atormenta o queremos recibir pautas o consejos sobre cómo cambiar una conducta, nunca debemos buscar un coach.

Cuando tenemos una vida donde nos sentimos bien, disponemos de unos pilares en cierta medida sólidos, pero queremos mejorar algún aspecto de nuestra existencia para obtener un cambio y no encontramos las herramientas para poder realizarlo, nos encontramos en el momento oportuno para contactar con un coach.

Es altamente recomendable elegir un profesional certificado que ofrezca una garantía en cuanto a experiencia.


Tras una reunión donde se realizan todas las formalidades sobre el proceso de coaching, empieza la primera sesión.
El cliente se encuentra con que el profesional le pedirá que verbalice su objetivo. A partir de esta pregunta irá transcurriendo la sesión donde el cliente irá contestando y tomando consciencia de aquello que desea llevar a cabo.

Nunca se tratará el pasado, sólamente se desarrollará el presente y el futuro. Si eso sucede y el coachee hace referencia al pasado, el coach activará sus competencias para devolverlo al presente trayendo algún aprendizaje de esa situación lejana.

A lo largo de la sesión, el coachee irá tomando consciencia de cada palabra y expresión, de su valor y de su significado. Se dará cuenta de si el objetivo es real y posible o si éste cambia de importancia y pasa a ser otro.

Todo este proceso creativo de cambio se realizará a través de la habilidad del coach, donde exclusivamente realizará preguntas a su interlocutor. Preguntas poderosas que invitarán a la reflexión del cliente.

El coachee durante la sesión se encontrará en un proceso de metamorfosis, donde conocerá aspectos nuevos de su personalidad y de su forma de relacionarse con su entorno. Este cambio puede generar reacciones de distinto tipo, puesto que, en algunos casos, supone un golpe de realidad donde el cliente se coloca fuera de su zona de confort.

En una sesión se respetará al coachee en todo momento. Al ser un proceso no directivo, el cliente podrá cambiar de tema, oponerse a contestar una pregunta o incluso suspender la sesión y/o el proceso de coaching.

Nos encontraremos con un profesional que desarrolla la escucha activa, que aprovechará cada expresión y cada movimiento para poder maximizar el potencial personal de cada uno de sus clientes.

El coach acompaña al coachee hacia un camino nuevo y personal. Al acabar la sesión la persona siente que observa un mundo distinto al que dejó cuando comenzó el proceso. 

Es muy recomendable probar al menos una sesión de coaching para sentir el desarrollo personal y de toma de consciencia que se produce en nuestro interior, llenando nuestras vidas y conduciéndolas hacia la plenitud.






(1) Persona que recibe el proceso de coaching.







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